"Según una antiquísima tradición, esta es noche de vigilia en honor del Señor. Los fieles, tal como lo recomienda el evangelio, deben parecerse a los criados, que con las lámparas encendidas en las manos, esperan el retorno de su señor, para que cuando llegue los encuentre en vela y los invite a sentarse a su mesa"
En la Vigilia Pascual, se celebra una liturgia muy especial, y se hace con la máxima solemnidad.
Empiezan los oficios con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, en un lugar fuera del templo. De ese fuego se enciende el Cirio Pascual. Los fieles encienden sus velas propias de la llama del Cirio. Los fieles en procesión tras el Cirio Pascual se colocan en el centro, momento en que se encienden todas las luces del templo y se canta el Exsultet, o pregón pascual, donde se proclama la gloria de la Resurrección de Cristo.
Se continua con la Liturgia de la Palabra, en la que se leen siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y oraciones. Tras estos sigue la Vigilia con la entonación del Gloria que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, junto con repique de campanas. Se procede a la lectura de una carta apostólica del Nuevo Testamento. Tras este lectura y previo al Evangelio se entona de manera solemne el Aleluya, y se procede a leer el Evangelio correspondiente. En el caso del Aleluya y del Gloria, se puede cantar empleando instrumentos festivos.
Tras la homilía tiene lugar la Liturgia Bautismal, en la cual se administra el Bautismo a los nuevos cristianos de ese año y se bendice el agua de la pila bautismal y se cantan las Letanías de los Santos. También, los fieles presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual, y se los asperja con agua bendita. Finalmente, se continua la Misa con la litusgia eucarística de la manera acostumbrada. Se acostumbra a realizar la Eucaristía bajo las dos especies. La eucaristía, como siempre termina con el envió a la misión "Ite missa est", que en este día es solemnizado por el canto y por el doble aleluya que se añade.
La cocina de vigilia es muy extensa, dejar la carne durante unos días no resulta ningún sacrificio y por supuesto dejarse mimar por los dulces típicos de estos días resulta un placer, podemos encontrar en nuestro recetario o en cualquier recetario familiar ejemplos como estos, garbanzos con bacalao, sopa de patatas, bacalao con patatas, alubias con arroz e hinojo, empanadillas de pascua, berza de vigilia, torrijas, roscos, arroz con leche, panetes, picatostes, etc, etc.
En la Vigilia Pascual, se celebra una liturgia muy especial, y se hace con la máxima solemnidad.
Empiezan los oficios con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, en un lugar fuera del templo. De ese fuego se enciende el Cirio Pascual. Los fieles encienden sus velas propias de la llama del Cirio. Los fieles en procesión tras el Cirio Pascual se colocan en el centro, momento en que se encienden todas las luces del templo y se canta el Exsultet, o pregón pascual, donde se proclama la gloria de la Resurrección de Cristo.
Se continua con la Liturgia de la Palabra, en la que se leen siete relatos del Antiguo Testamento alusivos al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y oraciones. Tras estos sigue la Vigilia con la entonación del Gloria que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, junto con repique de campanas. Se procede a la lectura de una carta apostólica del Nuevo Testamento. Tras este lectura y previo al Evangelio se entona de manera solemne el Aleluya, y se procede a leer el Evangelio correspondiente. En el caso del Aleluya y del Gloria, se puede cantar empleando instrumentos festivos.
Tras la homilía tiene lugar la Liturgia Bautismal, en la cual se administra el Bautismo a los nuevos cristianos de ese año y se bendice el agua de la pila bautismal y se cantan las Letanías de los Santos. También, los fieles presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual, y se los asperja con agua bendita. Finalmente, se continua la Misa con la litusgia eucarística de la manera acostumbrada. Se acostumbra a realizar la Eucaristía bajo las dos especies. La eucaristía, como siempre termina con el envió a la misión "Ite missa est", que en este día es solemnizado por el canto y por el doble aleluya que se añade.
La cocina de vigilia es muy extensa, dejar la carne durante unos días no resulta ningún sacrificio y por supuesto dejarse mimar por los dulces típicos de estos días resulta un placer, podemos encontrar en nuestro recetario o en cualquier recetario familiar ejemplos como estos, garbanzos con bacalao, sopa de patatas, bacalao con patatas, alubias con arroz e hinojo, empanadillas de pascua, berza de vigilia, torrijas, roscos, arroz con leche, panetes, picatostes, etc, etc.
Garbanzos de vigilia
1/2 kilo de garbanzos
1/2 kilo de espinacas
Cebolla
Ajo
Laurel
Perejil
Sal
Aceite
Pimentón
Se ponen los garbanzos a remojo la noche anterior, en agua caliente.Al día siguiente en una olla se ponen los garbanzos, así como un trozo de cebolla, un par de dientes de ajo, sin pelar, pero limpios, media hoja de laurel, una ramita de perejil, y las espinacas, se deja cocer todo durante media hora en la olla exprés, aproximadamente.Se sazona con sal, al final, guisándolos con aceite y pimentón.Se le puede quitar la cebolla y los ajos a la hora de servirlo a la mesa.
1/2 kilo de garbanzos
1/2 kilo de espinacas
Cebolla
Ajo
Laurel
Perejil
Sal
Aceite
Pimentón
Se ponen los garbanzos a remojo la noche anterior, en agua caliente.Al día siguiente en una olla se ponen los garbanzos, así como un trozo de cebolla, un par de dientes de ajo, sin pelar, pero limpios, media hoja de laurel, una ramita de perejil, y las espinacas, se deja cocer todo durante media hora en la olla exprés, aproximadamente.Se sazona con sal, al final, guisándolos con aceite y pimentón.Se le puede quitar la cebolla y los ajos a la hora de servirlo a la mesa.
Arroz con leche
1 l. de leche
100 gr de arroz
1 palo de canela
Cascara de limón
Cascara de naranja
Canela en polvo
Azúcar al gusto
Ponemos la leche con el palo de canela, un trozo de cascara de limón y otro de cascará de naranja, en un cazo al fuego y cuando comience a hervir añadimos el arroz y el azúcar bajamos el fuego, removemos un poco y dejamos hacer suavemente. Cuando el arroz esté cocido lo pasaremos a recipientes individuales de postre, dejamos enfriar un poco, espolvoreamos de canela en polvo y metemos al frigorífico.
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