25 de marzo de 2009

Feng Shui en la cocina

Si lo que queremos es sentirnos a gusto con nosotros mismos y disfrutar de salud y energía, tener una buena carrera profesional y excelentes relaciones personales, el feng shui nos puede ayudar

El feng shui una ancestral ciencia china que nos asegura que todo ello es posible si aprendemos a vivir en armonía y equilibrio con el entorno. La clave está en protegernos de la energía negativa y activar la positiva.

Y la cocina por supuesto es el punto más importante de la casa, es donde se produce la magia de transformar los alimentos en platos que reúnen a toda la familia.Hay que tener en cuenta la energía Chi de la cocina, porque coinciden dos elementos opuestos, el agua (yin) y el fuego (yang).

Como ejemplo podemos intentar que este a la vista desde la puerta principal. Si fuera así debemos mantener la puerta cerrada.

La limpieza y el orden son recomendables para que un lugar tenga buen Feng Shui, pues permite que la energía vital fluya con libertad. Allí donde hay desorden, suciedad, mal olor, hay energía estancada.

Ni el horno ni los fuegos de la cocina deben estar enfrentados con el frigorífico ni con el fregadero. Los fuegos de la cocina no deben estar debajo de una ventana ni en un rincón, porque ambas cosas significan vulnerabilidad ante energías negativas.
El frigorífico sustituye a la urna llena de arroz que tradicionalmente colocaban los chinos en la cocina para asegurarse que nunca les faltaría qué comer. Debajo de esa urna también solían colocar un paquete de monedas envueltas en papel rojo que aseguraba la buena fortuna y que debía cambiarse por otro nuevo el primer día del año lunar. Esta práctica todavía se sigue realizando y el feng shui la recomienda. Las ristras de cebollas, ajos o guindillas colgadas en la cocina no son de especial buen augurio, en contra de lo que mucha gente parece creer, como tampoco lo es tener colgados los cazos y las sartenes.

Son recomendables los colores claros, terrosos y combinados con toques azules y verdes claros, tanto como elementos en rojo, naranja, rosa, en elementos como cuadros, luces y plantas.

Con respecto a los alimentos, se debe conseguir en cada plato el equilibrio entre los cinco elementos, representados por:

El árbol - Sabores agrios (Ej: aceitunas, vinagre)
El fuego - Sabores amargos (Ej: cebolla)
La tierra - Sabores dulces (Ej: miel, frutas)
El metal -Sabores picantes (Ej: ajo, mostaza)
El agua - Sabores salados (Ej: pescado salado)

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